Creada por Pier Henrich Ling (1776-1839) médico, militar y profesor de esgrima de la Universidad de Luna, cuyo método se caracteriza por una concepción anatómica, biológica y correctiva de la gimnástica, fundamentada en los dogmas y principios científicos que fueron incorporados por él al sistema educativo (y por extensión a la concepción gimnástica). Su "gimnasia" estaba ideada para contribuir a una educación integral del niño desde el desarrollo anatomofisiológico del sujeto; para preparar al soldado ante la guerra y para desarrollar el sentido estético a través de un fortalecimiento corporal y de la corrección de los defectos físicos. P.H. Ling desarrolló aparatos gimnásticos como la barra fija, las anillas, las escaleras oscilantes o la soga para trepar.
El método sueco busca un modelo de salud corporal a través de la gimnasia, con ejercicios analíticos, localizados en un núcleo articular específico y cuyas características fundamentales son artificialidad, construcción, determinación de las fases de ejecución en posición de partida, desarrollo y fin, excesivo estatismo, orden y utilización de voces de mando. A pesar de estos elementos se cree que la gimnasia sueca es un método muy simple atribuido en parte a la pobreza y aislamiento en que habían vivido los suecos a mediados del siglo XIX.
Los ejercicios eran clasificados en tres bloques:
Introducción: ejercicios de orden.
Ejercicios fundamentales A: brazos, piernas y tronco.
Ejercicios fundamentales B: saltos, trepas y destrezas.
La concepción gimnástica de la Escuela Sueca se aproximó siempre hacia el fomento de la salud colectiva. Sólo la tenacidad de los atletas y los métodos más científicos y competitivos emergentes en Alemania lograrían a lo largo del siglo XX hacer de la gimnasia un deporte olímpico.
Los contenidos originarios de la escuela sueca no fueron desarrollados en España debido a la falta de información por parte de sus más fervientes defensores. Lo que se hizo fue adoptar las técnicas y los ejercicios de su más directo colaborador y continuador, su hijo Hjalmar Ling (1820-1866) quien ordena y sistematiza la obra de su padre, estableciendo una nueva clasificación de ejercicios con un orden fijo que constituyó un esquema de lección con una práctica también predominantemente estática y analítica. Nos estamos refiriendo a las famosas "Tablas de Gimnasia", cuyo objetivo principal era conseguir un efecto correctivo que marcaría la gimnasia durante muchos años.
El método sueco busca un modelo de salud corporal a través de la gimnasia, con ejercicios analíticos, localizados en un núcleo articular específico y cuyas características fundamentales son artificialidad, construcción, determinación de las fases de ejecución en posición de partida, desarrollo y fin, excesivo estatismo, orden y utilización de voces de mando. A pesar de estos elementos se cree que la gimnasia sueca es un método muy simple atribuido en parte a la pobreza y aislamiento en que habían vivido los suecos a mediados del siglo XIX.
Los ejercicios eran clasificados en tres bloques:
Introducción: ejercicios de orden.
Ejercicios fundamentales A: brazos, piernas y tronco.
Ejercicios fundamentales B: saltos, trepas y destrezas.
La concepción gimnástica de la Escuela Sueca se aproximó siempre hacia el fomento de la salud colectiva. Sólo la tenacidad de los atletas y los métodos más científicos y competitivos emergentes en Alemania lograrían a lo largo del siglo XX hacer de la gimnasia un deporte olímpico.
Los contenidos originarios de la escuela sueca no fueron desarrollados en España debido a la falta de información por parte de sus más fervientes defensores. Lo que se hizo fue adoptar las técnicas y los ejercicios de su más directo colaborador y continuador, su hijo Hjalmar Ling (1820-1866) quien ordena y sistematiza la obra de su padre, estableciendo una nueva clasificación de ejercicios con un orden fijo que constituyó un esquema de lección con una práctica también predominantemente estática y analítica. Nos estamos refiriendo a las famosas "Tablas de Gimnasia", cuyo objetivo principal era conseguir un efecto correctivo que marcaría la gimnasia durante muchos años.
Escuela Alemana
Entender la gimnasia moderna como una disciplina de alto rendimiento nos obliga a remontarnos a los orígenes, a aquel momento en que la educación física comenzó a ser concebida como una actividad esencial en la formación de los individuos; es decir, como una disciplina orientada al cuidado y desarrollo físico del cuerpo. La necesidad de regularizar su práctica encontró como canal de expresión dos corrientes bien definidas: por una parte, aquella asociada a la actividad bélica y por otra, aquella asociada a la gimnasia escolarizada, practicada sin exclusión entre quienes recibían algún grado de educación formal. La rápida masificación que ambas alcanzaron vino de la mano de ambiciones mucho mayores que el simple culto al físico. La práctica sistemática de este tipo de actividades se asumió como un beneficio directo para los países que en el siglo XIX se encontraban en plena definición de sus características esenciales como estados y naciones. Así, el nacionalismo exigía entre sus líneas ciudadanos físicamente aptos para enfrentar cualquier situación bélica que exigiese la preservación de los ideales de la nación a la que pertenecen.
De lo anterior se desprende que uno de los primeros lugares en que la educación física se consolidara por medio de la gimnasia fuera la Alemania de fines del siglo XVIII y de comienzos del XIX. Si bien Guts Muths es considerado como el encargado de sentar las bases del sistema de entrenamiento alemán, su consolidación vendrá de la mano de la polémica figura de Friedrich Ludwig Jahn, conocido como Turnvater Jahn o “padre de la gimnasia”.
Entre sus aportes se encuentran la incorporación de excursiones gimnásticas en las que los alumnos de las escuelas realizaban caminatas para mantenerse en forma. Además, fue de la mano de Jahn que se introdujo la utilización de aparatos en la práctica deportiva que aún hoy en día se utilizan: viga, el caballete, las barras paralelas y la barra fija. Además, fue el responsable de crear el turnplatz, un espacio específico destinado a la práctica de los ejercicios con aparatos, es decir, fue el creador del gimnasio moderno.
Sin embargo, su aporte no se limitó simplemente a la práctica de la gimnasia en sí. Además, se avocó a sistematizar la teoría que sustentaba el método que pretendió popularizar. Así, en 1816, se publica el libro Deustsche turnkunst (Gimnasia alemana), considerada la obra más completa y sistematizada de ese tiempo. Con la aparición de Gimnasia alemana, la práctica de los ejercicios en el turnplatz asumiría un carácter más pedagógico y metódico al fundarse en tablas o esquemas de lecciones. Se entiende así que la consolidación de esta rama de la gimnasia planteada por Jahn tuviese una fuerte influencia en países como Francia y Dinamarca, este último, el primer país donde los ejercicios gimnásticos se declararían obligatorios para las escuelas elementales.
Escuela Francesa
La escuela francesa dio sus primeros pasos en España, con Francisco de Amorós y Ondeano, máximo exponente de esta Escuela y fundador del Instituto Pestalozziano. Sin embargo al comienzo de la guerra de la independencia esta institución se ve obligada a desaparecer y Francisco de Amorós huye en el exilio a Francia, donde posteriormente desarrollará su obra.
La Escuela Francesa se caracteriza por una concepción natural y utilitaria de los ejercicios físicos. Son acciones de carácter global, en los que el cuerpo participa como un todo en las ejecuciones y se encaminan a preparar al individuo para la vida adulta. Se pretende una mejora de la forma física con el fin de perfeccionar los movimientos naturales, lograr un dominio corporal en las acciones y conseguir un cuerpo estéticamente bello.
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